lunes, 28 de marzo de 2011

Nos enfrentamos a la realidad como si viéramos el centrifugado en una lavadora. Sólo vemos algunos colores, fugazmente, e intentamos averiguar a qué prenda pertenecen. Intentamos definir los límites. Trazarlos. Cuando todo puede ser lo mismo. No lo sé. Apenas sabemos nada. 

Y no digo que no haya un objeto verdadero. Pero nosotros nos acercamos a la realidad conociéndola. Y tenemos muy poca seguridad de lo que conocemos. Miramos los mismos objetos, y cada uno ve cosas distintas. Porque las cargamos con distintos pesos. Con la historia, la simbología y la ideología personal. 

Aportamos mucho de nosotros mismos al objeto cuando lo conocemos. Lo construimos a la par que lo conocemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario